Macuto
El hombre
Del mar
Está solo
Un viejo y un niño pescan
Entre las rocas
La esperanza que no tiene el hombre
Que camina al frío del mar
La gaviota
Corta
El aire
Pájaro invisible de la eternidad.
Dejo la casa
Con absoluta pulcridad
Quiero que mi mujer
Se desvista de belleza.
Los atletas revientan con el trote
Las uvas de playa
En silencio
De mar
Los atletas trotan a ninguna parte
Acompañan el silencio del mar.
Mi mujer y yo
Jugamos en la arena
Como niños
Jugamos
A acertar
Con las piedras
Sobre un arco oxidado
Recordando
Los amores rotos.
Limpio la casa con absoluta pulcridad
Quiero que mi mu
Se desvista de belleza.
La gaviota
Corta el aire
Pájaro eterno de la eternidad
Me levanto en la madrugada
Limpio todo lo que encuentro
Los ceniceros
Los platos
Las ollas
Todo lo que encuentro
Lo sucio
La mugre
En una bolsa de plástico
Mientras los alcatraces
Se clavan en el mar
Quiero que mi mujer
Encuentre la casa
Con absoluta
Pulcridad
Que se desnude de belleza.
La gaviota corta el aire
pájaro invisible de la eternidad,
eternidad
pájaro invisible.
En la noche
Dos catedrales iluminadas,
Sobre el horizonte
Desnudan
A mi mujer en la arena.
Gaviota que corta el aire
Pájaro invisible
Eternidad
Pájaro invisible.
Los atletas revientan con el trote
Las uvas de playa
Rabia de mar
Nada se oye
Los alcatraces
Se clavan en el mar.
El mar borra
Las huellas
De los trotadores.
Francisco Massiani (Caracas, 1944) es autor de Piedra de mar (1968), considerada una de las más notables novelas de iniciación escritas en español. Vivió parte de su niñez en Santiago de Chile y residió cierto tiempo en París. También ha publicado Las primeras hojas de la noche (1970), El llanero solitario tiene la cabeza pelada como un cepillo de dientes (1975) y Los tres mandamientos de Misterdoc Fonegal (1976). <<< Volver |