Marithelma Costa

Martes, 2 de Mayo, año 2000

No es sólo la tristeza
De que los agarren
Les amarren las manos la boca
Los pongan en una barcaza
Y les quiebren el horizonte caribe

Es
Sobre todo
Es
Ser la isla
Ese pedazo de arena y arcilla a la cual se acercan hoy
Mil doscientos marinos
Dos mil cuatrocientos pares de botas
Dos mis cuatrocientos ojos que no ven
Que no ven
Que no ven y acatan órdenes
Es el estar de nuevo
Rodeada de tres barcas
Y permítaseme el tópico
Tres naves
Un destructor y dos buques de guerra
Tres goletas
Tres fragatas
Tres caravelas

Tres edificios de metal y madera
Que surgen de las aguas y sobre las aguas flotan

Cómo explicar lo pesado sobre lo liviano
Cómo la piedra sobre el agua

Lo sólido sobre lo líquido
Cómo un monte sobre el mar

Y de nuevo
Y permítanme que me repita
Tres naves me golpean y no es metáfora
Soy la arcilla guayama del camino que une el cabo de Yayí
con la playa del pelícano
Soy Roberto el que guarda la fortaleza y sus costillas
Soy Ismael el hijo de Ismael
Soy los nombres en las cruces de los cruces
Soy la arcilla donde están clavadas las señales
Soy Tito

Y todo ha sucedido tantas veces
La historia se hace elástica y de nuevo se repite
En primavera nadie pisaba la tierra porque dolía
Eran pies livianos
Livianos
Livianos los de la reinita
Livianos los del lagarto
Livianos los del jaguar

Quizás ésa es la definición de este conflicto
Showdown
Batalla
Encuentro
Lo liviano contra lo pesado
La arcilla guayama
Contra el acero el plomo el mercurio el níquel el cobalto
Ese azul tan efímero
El uranio contra la piel más efímera

Mercurio en los cabellos
Ronchas en la piel
Metal en los caribes que siguen en los montes
Porque son los montes
De Ayayí
En las cuevas de Ayayí
Livianos como el viento
Sutiles como las plumas del cuervo
Como las hojas del sauce cuando se mecen
frente a las puertas del templo chino
Las del lárice  en lo alto del Tirol alpino
O las del plátano que abandonó Córdoba para que llegara el eucalipto

De nuevo las campanas
Lentas
Acompasadas
Medidas
Como medido es el tiempo
Mientras esperamos
En una cueva

Y si pasamos a temas más personales
Todo es cuestión de física
Física
Física
Lo dijo Anaximandro
El cuerpo se torna líquido
Perfectamente líquido y a la vez vibrante
Hay un punto que se escapa
Un punto donde se junta el agua superior con la de la fuente primigenia

El agua de la superficie
Con la de las cuevas de Bieké
Con la de las cuevas de Camuy
Y la de la cueva yucateca

También puede hablarse de David y Goliat
Y retomo el viejo tópico
David contra Goliat
Pero hay un arma nueva
Y vieja
Ya lo sabemos
David con el símbolo del itrio
Ese, el del polvo brillante y negruzco
David con la ye, con la y griega
Del CaYaC  de Tito
La honda que sirve para lanzar el dardo la piedra
Mantener la canoa a flote
Y también sirve
Varita mágica invertida
Para encontrar la fuente primigenia
El punto donde se funden las aguas del globo
En Santa Ursula la de las mil vírgenes
En la Ay-Ay de los franceses
Yayí en los mapas posteriores

Y vuelven las letras
Alfa beta
La Y del CaYaC  con su anagrama
El centro de la canoa
El punto por donde entran
A cuentagotas el azúcar y su antídoto

El alfa
No el omega
Cómo describirla
Si ya ha sido contado tantas veces
Grabado en los árboles, en la tierra
Guaynabo
Aymamón
Loíza
Si ha sido escrito en la corteza de las piedras
Si solo basta casimar y abrir los ojos piedra

En las piedras
Que respiran
Aire
Se oxidan
Como se oxida el cobre y el hierro
Como se oxida el itrio
Formando un polvo brillante y negruzco
Como no se oxida el cobalto
Ese azul tan efímero
Ni el uranio
Que parece plata y no lo es
Ni el manganeso
Luminoso denso

Hay más
Mucho más
La luz de bengala que ilumina la noche de los mísiles
La luz
El elemento más liviano
Deja en Bieké arsénico bario
Cadmio

El rojo más sanguíneo

Es la batalla
Acá
Allá
Hacia el sur de Yayí
Allí
Aquí
Es la lucha por volver a ser Lares
Por ser Lares y estar en Lares

Entre campanada y campanada, la sirena
Entre campanada y campanada
Mil doscientos hombres con armas largas
Con gases lacrimógenos
Con chalecos antibalas
Con cascos antidisturbios
Con radios con antenas
Marine
Fuego en el agua
Metal en el mar
Tres naves
Tres barcas
Tres buques
Danza inconclusa alrededor de un punto único

Ponce de León era de Palencia
Pero el león es el mismo
Tres fragatas
Tres caravelas
Cristóbal buscaba las Indias
Tres calaveras

Cañones arcabuces
Casquillos de uranio y de plomo
En la época de la pólvora antes de la pólvora

Y el asombro
El asombro ante la potencia infinita del metal
El asombro ante el mercurio plateado, líquido
Ante el cadmio rojo
Ante el manganeso
Ante el uranio
Ante el cobalto

Ese azul tan efímero
Ese azul tan efímero
Ese cáncer tan penetrante
Metátesis, las caravelas
Metástasis, los mísiles
Cáncer
Cáncer
Cáncer en los senos
Cáncer en los riñones
Cáncer  en la piel
En la garganta
En los testículos
Cáncer que roe
Roe
Roe y se expande

En Bieké.


Marithelma Costa, (San Juan, 1955), ensayista, cuentista y poeta es profesora de literatura medieval en el Romance Languages Department de Hunter College y en el Graduate Center de City University of New York. Entre sus libros figuran Era el fin del mundo, (1999); Las dos caras de la escritura. Conversaciones con M. Benedetti, M. Corti, U. Eco, S. Molloy, C. París, R. Piglia, X. Rubert de Ventós, E. Sábato, S. Sontag, G. Torrente Ballester, N. Vientós Gastón, (1988) y De tierra y de agua, (1988).

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