Los tiempos están cambiando
Vengan todos a reunirse aquí
dondequiera que vaguen
y admitan que las aguas
que les rodean han crecido
y acepten que muy pronto
estarán empapados hasta los huesos
Si creen que vale la pena salvar este tiempo
entonces mejor comiencen a nadar
o se hundirán como una piedra
Porque los tiempos están cambiando.
Venga escritores y críticos
que profetizan con sus plumas
y mantengan bien abiertos los ojos
Ia oportunidad no volverá otra vez
Y no hablen demasiado rápido
pues la rueda aún da vueltas
y he aquí que no dice
quien ganará
pues el que ahora pierde
será más tarde el triunfador
Porque los tiempos están cambiando.
Vengan senadores, congresistas
por favor, atiendan la llamada
no se queden en los pasillos
no bloqueen la puerta
Pues el que resulte herido
será quien oponga resistencia
Hay afuera una batalla
y es furiosa
pronto estremecerá sus ventanas
y derrumbará sus muros
Porque los tiempos están cambiando.
Vengan madres y padres
de todo el país
y no critiquen
lo que no pueden entender
Sus hijos y sus hijas
están más allá de sus mandos
sus viejos amigos se deterioran pronto
entonces por favor salgan del nuevo camino
si no pueden echar una mano
porque los tiempos están cambiando.
La línea está trazada
La maldición está echada
El más lento ahora será el más rápido después
Como ahora el presente después será pasado
El orden se marchita rápidamente
Y el primero ahora será después el último
Porque los tiempos están cambiando.
Señores de la guerra
Vengan señores de la guerra
ustedes que fabrican todas las arnas
ustedes que fabrican aviones de muerte
ustedes que fabrican las grandes bombas
ustedes que se esconden detrás de las paredes
ustedes que se esconden tras los escritorios
sólo quiero que sepan
que puedo ver a tráves de sus caretas.
Ustedes que nunca hicieron nada
sino construir para destruir
juegan con mi mundo
como si fuera un pequeño juguete
ponen una pistola en mi mano
y se esconden de mis ojos
y voltean y se alejan corriendo
cuando vuelan veloces las balas
Como el viejo Judas
mienten y engañan
una guerra mundial puede ser ganada
quieren que me lo crea
pero veo a tráves de sus ojos
y veo a tráves de su cerebro
como a tráves del agua
que corre por mi desaguadero.
Ustedes ajustan todos los gatillos
para que otros abran fuego
entonces se sientan aparte y observan
cuando la cuenta de los muertos aumenta
ustedes que se esconden en sus mansiones
mientras de los cuerpos de los jóvenes
fluye la sangre
y se hunde en el barro
ustedes han arrojado la peor cobardía
que jamás pudiese ser echada
con miedo a traer niños
al mundo
por haber amenazado a mi hijito
aún no nacido y sin nombre
ustedes no valen ni siquiera
la sangre que corre por sus venas.
Cuanto es lo que sé
para hablar de destiempo
pueden decir que soy joven
pueden decir que no sé nada
pero hay una cosa que sé
aunque sea más joven que ustedes
sé que ni siquiera Jesús perdonaría
lo que hacen
Déjenme hacerles una pregunta
si es tan bueno vuestro dinero
¿Podría comprarles perdón?
¿Creen que lo hará?
Creo que ustedes van a ver
cuando la muerte los cargue
todo el dinero que amasaron
nunca hará regresar sus almas.
y yo espero que mueran
y que sus muertes vengan rápido
serguiré sus ataúdes
en una pálida tarde
y observaré mientras los bajan
a sus lechos de muerte
y me quedaré sobre sus tumbas
para cerciorarme de que han muerto.
Bob Dylan (1941), músico, cantante y poeta estadounidense. Nació en Duluth en 1941, en el seno de una modesta familia de comerciantes judíos, con los que se trasladó cuando era muy pequeño a una aldea de la frontera con Canadá. Será allí, en un ambiente tedioso y muy influido por el trabajo de las minas, donde empezará a estudiar música (piano, guitarra) y a escribir sus primeros poemas. Algunas biografías atribuyen al joven Bob una gran precocidad, pues a los 11 años ya toca con soltura la armónica y escribe sus primeras canciones. A los 16 años había formado su primera banda, Golden Chords.
En 1962 graba su primer disco, Bob Dylan, que supone un fracaso comercial. A este trabajo siguieron los álbumes The Freewheelin´Bob Dylan (1963) y The Times They Are A-Changin (1964), que le consagran como uno de los representantes más destacados de la nueva ola de compositores de canción protesta. Dylan colabora con algunas de las organizaciones defensoras de los derechos cívicos y se opone al belicismo que caracteriza la política exterior de su país, así como a las desigualdades sociales que impregnan de pobreza grandes capas de la sociedad americana.
Su lenguaje deslumbra por su carácter renovador, discurriendo entre la modernidad de la parodia y la profundidad de la metáfora, lo que le aporta un aura casi profética. Cuando por esos años proclama, ante la decepción de algunos sectores juveniles, que 'la respuesta está en el viento', su mensaje radicalmente pacifista conquista a multitud de adeptos que ven en él una representación de la esperanza.