Un legado literario lleno de vida

Dalí, Moreno Villa, Buñuel, Fderico García Lorca y Rubio Sacristán


Hay pequeñas ciudades y pueblos de Andalucía cuya imagen suele ir asociada a la de un poeta. El primer tercio del siglo XX fue acompañado en España de una eclosión en su poesía sólo superada por el Siglo de Oro. Grandes escritores de la Generación del 27 y muchos de los autores que fueron precursores de su talento eran andaluces. Y varias localidades vinculadas a ellos los reivindican. El legado de estos poetas se convierte, así, en un factor más de atracción para los visitantes. El homenaje que estos municipios dedican a los escritores suele sustanciarse en casas-museo que detallan su paso por la localidad. Pero también organizan simposios, exposiciones, conferencias y premios literarios para recordarlos. Son abundantes los ejemplos de este hecho. Pero basta elegir cuatro casos significativos -Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti y Federico García Lorca- para darse cuenta de su importancia.

Antonio Machado (Sevilla, 1875-Collioure, Francia, 1939) fue profesor en Baeza (Jaén) en una época clave de su vida. En la localidad jiennense pergeñó, además, una parte imprescindible de su obra poética. La muerte de su esposa en 1912 lo sumió en una tristeza profunda que le llevó a pedir su traslado a Baeza. En 1912, el mismo año de su llegada a Baeza, publicó Campos de Castilla, la que para muchos es su obra cumbre. El poeta dejó la localidad jiennense en 1919.

Baeza guarda el legado de Machado como oro en paño. María Dolores Marín, concejal de Cultura de Baeza, abunda en esta idea. "Baeza es una ciudad machadiana. Intentamos que en nuestra ciudad se siga manteniendo el recuerdo vivo del poeta", señala Marín. Dos acontecimientos importantes sustentan la vocación machadiana de la ciudad renacentista. Se trata del Premio Internacional de Poesía Antonio Machado y la Semana Machadiana, que se desarrolla en torno al 22 de febrero, aniversario de su muerte. La semana consta de cursos, exposiciones, conferencias, tertulias y teatro. Este año se ha inaugurado una escultura que representa a Machado. En el Paseo Machadiano hay una estatua que se inauguró hace décadas.

En el Instituto Santísima Trinidad, en el que Machado desarrolló su vida docente, se encuentra abierta al público el aula en que impartió sus clases. "El aula está exactamente igual a como estaba cuando el poeta daba clases, con su pizarra y sus pupitres. Incluso está colgado su paraguas. Se exponen las actas que firmó, contratos, altas y bajas laborales...", detalla Marín.

Juan Ramón Jiménez (Moguer, Huelva, 1881-San Juan, Puerto Rico, 1958) tiene una relación inextricable con su localidad natal. Moguer fue escenario de la infancia de un poeta que la proyectó a los cinco continentes. El alcalde de Moguer, Juan José Volante, es taxativo a la hora de valorar la unión entre el poeta y la localidad. "Juan Ramón Jiménez lo significa todo para Moguer", afirma Volante.

Los hitos que recuerdan al poeta son abundantes. Entre los más destacados figuran su casa natal en la calle de la Ribera y, sobre todo, la Casa-Museo Zenobia-Juan Ramón, lugar donde vivió el poeta desde 1887 hasta que se marchó de Moguer. El nombre de la casa-museo honra también la memoria de la mujer del Premio Nobel. Es una casa situada en pleno casco histórico. Otros lugares importantes son la iglesia parroquial donde fue bautizado o Fuentepiña, su finca de recreo. La tumba en el cementerio parroquial donde reposan Zenobia Camprubí y Juan Ramón culmina una trayectoria vital que se nutrió, en gran medida, de los recuerdos de Moguer. Un certamen de relatos, promovido junto a la Universidad de Huelva, lleva el nombre de la esposa del poeta.

Rafael Alberti (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1902-1999) irrumpió con frescura en la poesía española con un libro, Marinero en tierra, que trajo a los secos parajes madrileños el aire con olor a sal de su localidad natal. El Puerto también sirvió al poeta de sepultura. Millán Alegre, concejal de Cultura de El Puerto, recalca el papel jugado por el poeta en la proyección del municipio. "Alberti significa un baluarte muy importante que ha llevado siempre a El Puerto a todos los sitios donde ha ido con su poesía", explica. Alegre recalca la importancia de la Fundación Rafael Alberti. Quien quiera comprender mejor la vida y obra del poeta tiene en la sede de esta fundación un lugar propicio. Los enseres de la familia del escritor, así como su obra manuscrita, adornan el recinto. "Gracias a la fundación sigue vivo el espíritu del poeta", dice Alegre. La fundación tiene su sede en una casa de tres plantas, blanca y sencilla, en la que Alberti vivió de niño.

El legado de Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 1898-entre Víznar y Alfacar, Granada, 1936) ennoblece su localidad natal. Fuente Vaqueros es uno de los lugares de peregrinaje dedicados a su memoria y tiene en su recuerdo su principal seña de identidad. El alcalde de Fuente Vaqueros, Antonio Almazán, hace hincapié en el orgullo que sus paisanos sienten por Lorca. "La obra de Lorca es tremenda para el poco tiempo que vivió. Es una obra universal", resume el alcalde. La parte más importante del recorrido lorquiano en la localidad es la casa natal del poeta, que se ubica en el centro del pueblo. El teatro municipal lleva su nombre. Y hay también un Centro de Estudios Lorquianos que organiza exposiciones y congresos. Una escultura y un monumento que le recuerda junto a otras personas asesinadas en la Guerra Civil son otros de los hitos de su memoria.

Santiago Belausteguigoitia