Karin Boye por Carlos Vidales |
Considerada unánimemente como la más alta representante de la moderna poesía sueca, Karin Boye nació en Gotemburgo el 26 de octubre de 1900 y puso fin a su vida en 1941, en Alingsås. Se dedicó a la literatura desde los diez años de edad y antes de cumplir los quince obtuvo el primer premio en un concurso literario. De su producción juvenil sobresale un libro que compuso exclusivamente para el cumpleaños de su abuelo, en el cual combinó poemas y leyendas que anticipaban ya los grandes temas de toda su poesía ulterior: la vida y la muerte, el sentido de la existencia y una intensa, casi mística curiosidad por el dolor humano. Estas inclinaciones se acentuaron a partir de los 21 años, cuando hizo estudios de griego, idiomas nórdicos e historia de la literatura en la universidad de Uppsala. Al año siguiente publicó su primer libro de poemas, Moln (Nubes) en el cual puso al descubierto un estilo personalísimo que jamás habría de abandonar: desde ese momento, Karin Boye desplegó la rara maestría de decir cosas enormes con palabras sencillas, el arte supremo de expresar lo más complejo con el idioma más simple. Algunos de los poemas de Moln pueden perfectamente ser transcritos como textos en prosa sin perder por eso su aliento poético. Por ejemplo: “Recuerdo. Serenamente quiero agradecer mi destino: nunca te pierdo totalmente. Como una perla crece en la ostra, así dentro de mí crece tu esencia transida de rocío, dulcemente. Si finalmente un día te he olvidado, entonces serás sangre de mi sangre, entonces serás uno conmigo: el don de los dioses”. El fundamento de toda metafísica Y ahora, señores, (Así dijo a los estudiantes el viejo profesor, Hemos leído sobre lo nuevo y sobre lo viejo, los sistemas helénico y germánico, Pero detrás de Sócrates veo claramente, y detrás del espléndido Cristo veo Con Härdarna alcanza la voz de Karin Boye su más alto grado de precisión, de concisa y directa comunicación con el lector. Pero no llegó a la cima para iniciar un descenso sino para explorar nuevas alturas. Cada vez más comprometida con las ideas socialistas, activa en labores editoriales y en grupos culturales de combate, viajó por la Unión Soviética, Jugoslavia, Alemania (entonces en pleno ascenso del nazismo) y otros países, fundó periódicos, se hizo pedagoga, se casó con el notable intelectual Leif Björk, publicó las novelas Astarte (1931), Merit Vaknar y Kris (1934), la colección de relatos Uppgörelser (Ajustes de cuentas, 1935) y la bella colección de poemas För trädets skull (Por la causa del árbol, 1935), en la cual volvió a poner en juego su maravillosa intensidad poética. Luchando desde 1930 con terribles problemas existenciales y sicológicos, mantuvo con ardiente pasión su oficio de poeta y escritora. Después de För lite (Muy poco, 1936), publicó en 1940 la más grande de su novelas, Kallocaín, y antes de su suicidio (1941) dejó completo para su publicación su quinto volumen de poemas, De sju dödsynderna (Los siete pecados capitales). Carlos Vidales Carlos Vidales (Bogotá, 1939) hijo de Luis Vidales, ha vivido exiliado desde su adolescencia. Periodista, fue director de los archivos del Palacio de la Moneda de Chile durante la presidencia de Salvador Allende, cuya biografía hizo en 1971. Repatriado a Colombia tras el golpe militar contra Allende, fue jefe de redacción de Alternativa. Reside en Suecia desde los años ochenta, donde trabaja en la Universidad de Estocolmo. Escribe sobre cultura en Svenska Dagbladet , Café Crème (Estocolmo) y Liberación. |