Dorothy Porter

Panal de abejas

Hay un oscuro lugar
en el campo de mi amigo Robert
con olor al néctar del peligro.

Un enjambre de abejas ha tomado
una docena de cobertizos de las ‘viejas cabañas’
y nadie tiene la disponibilidad
o el coraje de moverlas.

Pienso en la risa del Rey Mycenen
enterrado en ladrillos de la colmena
reluciendo como ellos mienten.
más dorados que la miel
en la antigua sangre oscura.

Ahora entro mi mano desnuda
quiero sumergirla a través del hoyo
con un zumbido letal de la carretera
hacia el muro de la cabaña.

Amo el panal de las abejas
en el campo de mi amigo Robert

Amo el misterio invisible
de esa deliciosa industria.

¿Aunque también amo la lección
de mi esclavitud: de esas cosas oscuras
y deliciosas que nos pueden dañar?
   

La hora nueve

La hora nueve
esta aquí

La hora nueve
sube cansinamente
por la heladísima neblina

He venido a un río
de sangre y vinagre

He venido a un río
donde solo el dolor
mantiene sus pies.

He venido a un puente
de huesos disolviéndose

He venido a un lugar
heladísimo

Estoy atrapada
en un espacio
deformado
por mi propio
miedo leproso.

¿Tengo la fuerza
para pagar el sufrimiento que debo?
Hay calma
que no es mi primo
para el coraje

Hay calma que se sienta
como un mono temblando
bajo el pitón del ojo hipnotizado.

Todas las cosas te hacen temblar

El viento caliente la orilla del mar
en la euforia envenenada.

Pero es tuyo el lazo en la mano
que tiene la carne secándose.
Tu carne tiene la voluntad
de sus propios tumores

Piensas que tú has estado aquí antes.

Tal vez piensas
que tu espíritu de Mercurio,
tiene su carne lengüeteada y furtiva.

Pero la oscuridad
es más fuerte
que la luz

La carne conoce bien
quien ganara la línea del honor
en esta lucha.
La hora nueve
esta aquí

La hora nueve
no tiene sentido

No reces
por una inundación rápida
repartiendo milagros o claridad

Durante la hora nueve
la razón muere de sed
tu sangre se estanca y se añeja
como una base de metal en tu boca.

Tú colgado
en una cacofonía
del ruido de arcadas
sin chusma de grandilocuencia
en el heroísmo
que nunca olvidaras

Ese fétido sonido
de la hora nueve.

He venido al río
de sangre y vinagre.

Estoy aquí,
a la hora nueve.
Estoy aquí
fajado y tiritando.

Escucha la hora nueve
escúchala
y presta atención
al nuevo sonido en mí.

No estoy aquí ni solo, ni menos en soledad
¿escucha la lucha chiflar de este geiser en mí?

Estoy parado en el suelo
en el impávido aerosol
en compañía
de mis propias palabras.


Dorothy Porter (Sydney 1954), autora de varios libros de poemas y novelas, hizo estudios de literatura e historia en la Universidad de Sydney y ha ganado numerosos premios literarios a raíz de la publicación de su famosa novela en verso The Monkey´s Mask, de la cual se ha hecho un filme. Los poemas que publicamos, traducidos por Juan Garrido Salgado, pertenecen a su libro January-August 2004. La señora Porter vive en Melbourne.

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