Entre nómadas
Hasta aquí galopamos huyendo; todavía
recuerdo aquella tierra junto al agua.
En mis sueños de veras no he partido...
Cantando cierta noche entre las carpas,
creí sentir sollozos tras la lona.
Después, una mujer estremecida
me señaló.
La luna ya es propicia.
Hemos de separarnos.
Levantamos el campo:
mañana iremos hacia el otro río.
Ensueño de invierno
En el pasillo, pasos en sordina;
tras el vidrio, ramajes nevados al sol frío.
Bajo las mantas, tibio botón de flor, tu cuerpo
aún duerme y ya siente mis caricias.
Aunque vengas de lejos tu piel no es tan ajena,
ni tus gestos, ni el tono en que murmuras
esa miel de sonidos en tu lengua.
Antes del despertar, bajo tus párpados,
la inquietud de tus ojos me perturba;
levanto la mirada y me sorprenden
al espejo los míos, extraños y rasgados.
A un país presentido
Tus rostros, hoy en la penumbra,
seguirán siendo misteriosos;
aún en ti, no estarás conmigo
toda entera, tierra sombría.
Yendo hacia ti descubro el velo
que te distancia, y al tocarlo
no sabré aún sino la fábula
de lo que fuiste y lo que eres.
Algo ya se me habrá escapado:
asombrados y polvorientos,
lejanos como en un comienzo,
temblarán huyendo tus sueños
A Buda
No alcanzo a liberarme.
Aún en los momentos
del olvido más hondo y más logrado,
las ganas de tener o hacer las cosas
más extrañas regresan:
un amor, un reloj, un viaje a Samarcanda.
En vano trato ya de hacerte caso;
hace siglos renazco.
(De Govinda)
Rodrigo Escobar Holguín (Florida, 1945), hizo estudios de arquitectura en la Universidad del Valle y ha vivido en Polonia. Su obra poética fue reunida en 1991 bajo el título Obrador de versos
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