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Del mismo modo que el Sueño en el pabellón rojo [Hong Lou Meng] es la mejor novela china de la dinastía Qing (1644-1911), la mejor de la dinastía anterior (1368-1644) es Flor del ciruelo en el jarrón de oro [Jin Ping Mei]), uno de los cuadros más perfectos de la sociedad Ming, especialmente del universo femenino. Ignoramos el nombre de su autor, que se esconde bajo el apodo de «el Erudito de las Carcajadas», aunque la tradición quiso atribuir la paternidad de la obra a Wang Shizhen (1526-1590). Según la leyenda, Wang, después de haber impregnado las páginas de su libro con un potentísimo veneno, se lo regaló a un enemigo suyo, con la esperanza de que éste, absorto en su lectura, se introdujera lentamente el veneno al ir pasando las páginas con el dedo humedecido.
La acción transcurre durante el reinado del emperador Huizong (1100-1125) de la dinastía Song. El protagonista es Ximen Qing, joven y rico señor de una ciudad de la China septentrional. Propietario de negocios de seda y farmacias, su comercio es rentable, pues es un maestro en el tráfico de influencias y se lleva muy bien con los círculos del poder. Viudo tras pocos años de matrimonio, ha casado de nuevo con la hija de un militar, mujer discreta y honesta, y ha metido en casa a otras cinco concubinas. Como si eso no fuera suficiente, mantiene relaciones con señoras de la alta sociedad, con las mujeres de sus empleados y con las numerosas criadas y esclavas que prestan servicio en su residencia. Para la administración de su vasto patrimonio tiene a cargo un ejército de secretarios, contables y escribanos. En su entorno se mueven tipos poco recomendables: parásitos, funcionarios deshonestos, rufianes, alcahuetas… En medio de ese ambiente corrupto él es el jefe indiscutido, el amante incansable que dedica todo su tiempo a practicar su deporte favorito: mantener relaciones sexuales con mujeres jóvenes y hermosas.
Entre los personajes femeninos destaca Pan Jinlian («Loto de Oro»), bellísima femme fatale ávida de riquezas y desprovista de sentido ético. Para convertirse en concubina de Ximen Qing, no duda en asesinar a su marido, Wu Zhi (también llamado Wu el Mayor). Luego, para escapar a la venganza de su cuñado Wu Song, logra que lo destierren. Pero tanta maldad acabará siendo castigada, ya que Ximen Qing morirá a los treinta y tres años –una edad mitológica para morir–, minado por sus vicios y sus excesos, y la pérfida Pan Jinlian lo hará a manos de Wu Song, que ha vuelto del exilio para consumar su venganza.
La novela incurre en la sicalipsis, pero a la vez persigue un fin moral: mostrar las trágicas consecuencias que acarrea una vida consagrada con exclusividad al sexo. Todo ello configura un detalladísimo cuadro de pura vida, «la verdadera historia de la dinastía Ming», como decía Mao Zedong. Novela realista, Jin Ping Mei debe su fama tanto en China como fuera de ella a su carácter erótico, hasta el punto de que por la abundancia de descripciones obscenas fue incluida muy pronto en el índice imperial de libros prohibidos. Pero es también, y sobre todo, una auténtica joya narrativa. El título se forma con la fusión del nombre de los tres personajes femeninos más importantes de la obra, que son: Pan Jinlian («Loto de Oro»), Li Ping’er («Pequeño Jarrón») y Pang Chunmei («Ciruelo de Primavera»).
El episodio principal de la novela, el asesinato de Wu Zhi y la venganza de Wu Song, se encuentra también en otra gran novela de época Ming, Shuihu zhuan (A la orilla del agua), con la diferencia de que en esta última Wu Song da muerte a Ximen Qing. En la versión que aporta A la orilla del agua el personaje principal es Wu Song, el héroe que castiga a Ximen Qing, mientras que en Jin Ping Mei el protagonista absoluto es Ximen Qing, el Don Juan rompecorazones hacia el que se dirigen las simpatías del autor.
La versión española de Jin Ping Mei consta de dos volúmenes. El primer tomo incluye los primeros cincuenta capítulos de un total de cien. Se ha hecho cargo de la edición Alicia Relinque Eleta, que ha traducido al español la novela, la ha anotado de forma pertinentísima y ha redactado una introducción que sirve de guía por los caminos literarios e históricos que se dan cita en la obra. Relinque ya revisó la traducción española de Sueño en el Pabellón Rojo y es una formidable sinóloga. Gracias a ella la novela del Erudito de las Carcajadas, sea éste o no Wang Shizhen, ha encontrado un hogar de palabras en la lengua de Cervantes, colmando una laguna intolerable en la bibliografía castellana. Por si fuera poco, en paralelo a la traducción de Relinque ha visto la luz, con el título de Flor de Ciruelo en Vasito de Oro, otra versión de Jin Ping Mei en español, no traducida en esta ocasión a partir del chino original pero también muy meritoria: se debe al filólogo clásico barcelonés Xavier Roca-Ferrer.
Luis Alberto de Cuenca
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