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Sexo y vejez
Un sacudimiento decididamente perturbador en la historia occidental de la representación de relaciones sexuales adultas se verificó hace unas semanas, en Alemania. El aldabonazo, si no la explosión, lo produjo el filme Wolke Neun, literalmente "La nube nueve" (título que alude a una suerte de séptimo cielo), de Andreas Dresen, un realizador sin estridencias en materia de medios expresivos pero sagaz a la hora de golpear en profundidad. Como se advertía en Verano en Berlín -el trabajo anterior del realizador-, Dresen esgrime una mirada ascética y crítica sobre los vicios del consumo en la era de la globalización.
El conflicto de Wolke Neun podría referir el lugar común de un triángulo, si no fuera por la edad de los personajes: por un lado, un matrimonio; él es Werner, 70 años, jubilado; ella, Inge, que ya pasó los 65, ha reflotado su métier de modista para reforzar los magros ingresos. Por otro Karl, un señor de 76 años, refinado, cliente de Inge. Un día ella va a su casa a probarle un pantalón que le está confeccionando y allí, inesperadamente, estalla la pasión: "No creí que me volvería a pasar", se dice Inge, incrédula, después de la erupción. La "edad avanzada" da sorpresas, en un sentido y en otro. La culpa de romper el equilibrio en la relación unidimensional de casi cincuenta años impulsa a Inge a confesarse ante su esposo, pese a que su hija le aconseja no hacerlo. Werner reacciona mal y la aventura amorosa no acaba bien.
La película convocó a 60.000 espectadores en Berlín y en Dresde, sólo en los tres primeros días de exhibición, una cifra inusual en Alemania para films nacionales, con una respuesta movilizadora de un público -en especial, las mujeres- que aplaude y discute. La crítica y la intelectualidad, por su parte, ven en la propuesta de Dresen -y, en particular, en su exposición- uno de los síntomas de una sociedad en vías de envejecimiento y las reacciones instintivas frente a ese fenómeno.
Los planteamientos del filme de Andreas Dresen apuntan a un estatus reservado pero sin duda vigente en la intimidad actual de ciertas clases y comunidades. La inquietante novedad que introduce Wolke Neun radica, sobre todo, en el nivel de la representación, en el registro de lo no mostrable, de lo "perverso" de la sexualidad en una edad avanzada: aquí las escenas sexuales van más allá de la fulminante relación entre Inge y su amante Karl; alcanzan también las escenas "domésticas" de ella con su esposo Werner.
Hasta ahora, el erotismo en el cine se ajustaba a otros arquetipos. "¿A quién le interesa ver a una pareja de viejos, gordos y arrugados, manteniendo una relación sexual?", se preguntó el diario alemán Bild después del estreno de la película, en clara alusión a modelos impuestos en historias protagonizadas por figuras como Brad Pitt o Scarlett Johansson. "Simple -dice la misma publicación-: a quienes quieren ver por fin una love story erótica pero realista, apasionada y conmovedora." Néstor Tirri |