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El escritor más exitoso de China no es Gao Xingjian, Nobel en 2000. Ni siquiera Jiang Rong, el autor de la popular novela El tótem lobo, que acaba de publicarse en los Estados Unidos. Es Guo Jingming, un ídolo popular de 24 años que se traviste y tiene una verdadera obsesión por su imagen, algo que lo convirtió en una gran sensación en un país en el que el gobierno abraza la pacatería y la heterosexualidad. Miles de adolescentes desbordan las sesiones de firmas por parte de Guo. Algunos suben declaraciones de amor a su blog: "Little Four, te voy a querer siempre", ya que el apodo de Guo procede de "guerra de la cuarta dimensión", una cita que encontró en una revista. Además de las cartas de admiración dirigidas al "Hermano mayor Guo", el autor sube fotos suyas semidesnudo en la ducha, o envuelto en accesorios de Dolce & Gabbana y camisas estilo Luis XIV.
El amor que despierta Guo dista de ser universal. El otoño pasado se lo votó el personaje famoso más odiado de China por tercer año consecutivo en Tianya, uno de los foros online más grandes del país. De todos modos, se vendieron más de un millón de ejemplares de sus cuatro novelas y el año pasado fue el escritor chino que más dinero ganó: un millón y medio de dólares. Las novelas chinas más elogiadas de los últimos años - El tótem lobo (una parábola sobre la muerte de la cultura mongola y una crítica velada a la Revolución Cultural), Vivir, de Yu Hua; República del vino, de Mo Yan- suelen usar los personajes como vehículos para comentarios políticos y sociales. Las novelas de Guo, en cambio, se concentran en la mente torturada de sus personajes adolescentes, que cultivan su melancolía pasando horas sentados bajo los árboles, o tratan de olvidarla mediante el alcohol, las peleas y el karaoke.
"Mi principal objetivo es contar bien la historia y que todos la disfruten", dijo Guo hace poco en una entrevista telefónica. Eso no equivale a decir que se dedica por completo a la evasión. A pesar del melodrama y la abundancia de marcas, el espacio urbano contemporáneo de sus novelas, señaló Guo, está mucho más cerca de la realidad de sus lectores que el ámbito rural de los clásicos modernos chinos. Si bien suele condenárselas y calificárselas de "escritura en serie", sus novelas frívolas reflexionan a su modo sobre temas sociales. El editor de la primera novela de Guo, Ciudad de fantasía (sobre el príncipe de 350 años de un Reino de Hielo que se ve obligado a matar a su hermano menor para proteger el trono) declaró a uno de los principales semanarios chinos que había decidido publicar la novela porque resultaría atractiva a los chicos solitarios de la generación de hijos únicos de China.
Guo es el más exitoso de una decena de escritores que conforman la generación "post años 80". El grupo comprende al automovilista Han Han, que tiene veinticinco años. En sus novelas critica el sistema educativo ineficiente de China e insulta a los artistas más establecidos en su blog. Otro integrante del grupo es Zhang Yueran, de veintiséis años, cuya novela Daffodils tomó la carpa y se fue presenta a una chica bulímica que se enamora de su padrastro, sufre el maltrato de su madre y va a parar a un internado. Si bien el gobierno chino con frecuencia detiene a los escritores disidentes o los obliga a exiliarse, ignora las excentricidades de Guo y los demás escritores de ese grupo. A pesar de su extravagancia, éstos ejemplifican los ideales sociales de la nueva China -comercialismo e individualismo-, señala Lydia Liu, profesora de literatura china de la Universidad de Columbia. "No constituyen una amenaza", dice Liu. "Colaboran."
Aventurina King |