Friederike Mayrocker

Friederike Mayröcker [Vienna, 1924], comenzó a escribir a los quince años y estudió administración de empresas antes de trabajar para la Luftwaffe, la fuerza aérea de la República Federal Alemana. Después de la guerra se dedicó a enseñar inglés en las escuelas públicas vienesas, hasta cuando se retiró para dedicarse a la escritura, cuyo proceso ha descrito así: "Yo vivo en imágenes, veo todo en imágenes, mi pasado completo, los recuerdos son imágenes, transformo imágenes en lenguaje, volando hacia la imagen entro en ella hasta que se convierte en lenguaje"

Los primeros poemas de Mayröcker fueron publicados en la revista de vanguardia Der Plan. Su obra se vincula a menudo con el Grupo de Viena, de escritores experimentales de lengua alemana, entre ellos el poeta Ernst Jandl, su compañero, que murió en el año 2000. Sus primeros libros muestran la influencia del modernismo y las técnicas de ensamblaje “écriture automatique” relacionadas con la poesía concreta y visual. Su obra posterior se basa en la mirada ecléctica que hace de su vida cotidiana, y las escenas y sonidos de Viena, una ciudad, que ha dicho, necesita para escribir. Sus poemas han sido comparados con collages lingüísticos, montajes místicos o alucinatorios del lenguaje y la experiencia.

Un crítico irlandés ha señalado que la obra de Mayröcker es una especie de torrente continuo de lenguaje libremente asociativo y apasionado al servicio de las obsesiones privadas, donde no hay nada específicamente nacional o político en esta, nada sociológico. Después de la muerte de Jandl, Mayröcker escribió en Rasende Sprache, o "lenguaje delirante ", intentando inventar un lenguaje apropiado para el dolor. También ha citado a Friedrich Hölderlin como una influencia importante, describiendo su poesía como un tipo de droga que toma antes de escribir.

Mayröcker ha escrito poesía, obras para radio, incluyendo, con Jandl, Fünf Mann Menschen [1971]. Ha recibido el Premio Trakl, el Theodor Körner, el Friedrich Hölderlin, el Estatal de Austria, el AntonWildgans, el Rowitha Haftmann, el Erich Fried, el América, el Else Lasker-Schüler y el Georg Büchner. Es miembro de la Academia de las Artes de Berlín, del Senado Austríaco para la Cultura, del Foro Stadtpark[«Parque municipal»] y de la Academia Alemana para la Lengua y la Poesía de Darmstadt.

Algunos de sus libros son ArieauftönernenFüßen [Aria sobre pies de arcilla, 1972], Das Licht in der Landschaft [La luz en el paisaje, 1975], GuteNacht, guten Morgen [Buenas noches, buenos días, 1982], Das Herzzerreißende der Dinge [De las cosas, lo que parte el corazón, 1985],Winterglück [Dicha invernal, 1986], y Notizenaufeinem Kamel. Gedichte [Apuntes sobre un camello. Poemas], 1996.

 

Inventario de un lapso de vida

En mi mochila
un tronquito de tomillo
dos monedas
un lápiz romo
anotaciones arrugadas
migas de galleta
una pinza verde para la ropa
la tarjeta de visita de una germanista japonesa
un peine pequeño y desdentado
las hormigas de Dalí sobre una hoja de música

[D.B.]


Mejor viajar en los pensamientos, Hokusai

Sobre la espalda, o bajo la lámpara
correr al pie del Fuji y mirar hacia arriba
la punta nevada, las botas de nieve
húmedas y frías, el collarín marchito.
Cómo, pregunto, indagación de la distancia
con los propios pies, cómo, pregunto, experiencias de la distancia
con los propios ojos. Como unir la nostalgia por la distancia
con lo sedentario. Como, pies y ojos,
lágrimas y placer.

[D.B.]


Misterio

La imagen sacra tiene
una espina azul.
Jesús es bautizado
en naranja. Casi más allá
una y otra vez el Juicio Final.
Bienaventurados que sonríen y
forman coros. Verde clara
la tierra se hunde, pero
los cielos pronto se apaciguan.
Más claros, ondean como argénteas
banderas en lento movimiento,
y el cirio más alto se afana
y da olor.
Estoy ante ti en el polvo frío
estoy ante ti desde algún sitio
desde una aterida oscuridad
estoy ante ti y canto loas:
miradas de alabanza me elevaron
de los cansados estribos de mi
sentimiento, sin un murmullo.

[H.P]


Jeroglíficos del amor

Jerogíficos del amor
desaparecida Natalia
                picapedrero en la obra primigenia
                gran-metodista el tiempo
una manada asalta con voces ondeantes
                volviendo al rostro de él
                a su brazo de algodón
                suave imberbe silla de brazos
                en posesión del negro y leve:
«En el terruño es hermoso...»


Cómo te nombro cuando pienso en ti y tú no estás]

cómo te nombro
cuando pienso en ti
y tú no estás:

mi fresa silvestre
mi lagartija confitada
mi cucurucho consuelo
mi hilador de seda
cuco de mis cuidados
mi Aurelia
mi flor de grava
mi criatura en sueño
mi mano matutina
mi muyolvidadizo
crucero de mi ventana
mi ocultador lunar
mi cayado argénteo
mi crepúsculo vespertino
mi hebra solar
mi liebre hocicuda
mi cabeza cervuna
mi pata de liebre
mi rana de escalera
mi guirnalda de luces
mi ladrón de primavera
mi jamelgo temblón
mi caracol de plata
mi tintero
mi zorro escobillero
mi talador
mi fugitivo tempestuoso
mi guardaosos
mi muestradientes
mi oreja de caballo
mi árbol en el Prater
mi cuerno espiralado
mi portamonos
mi fin de invierno
mi alcaucil
mi medianoche
mi contador regresivo
[¡da capo!]

[H.P]


Vaticinio desde las horas matutinas de un día despejado

hollado y azul olvido de genciana
dintel de un pequeño monóculo inmerso en el juncal
oh triste anémona abedulito en el Atlántico
batir de alas del sol gigante mar sobre olas meridianas
sólo en el entorno abandonados sitios casas de música foliada
I like the sunrise fa sostenido mayor las sombras del saúco en este instante
dispersa en flores palidecerte palomas acuáticas luna tenue
estancamiento de la sangre en la ruta principal de las palomas
suave y puro por el día de setiembre verde y cerval hacia la vastedad
sobre las pendientes por fin el pámpano: siempre-cepa

[H.P]


A caballito

A caballito dijo mi primo mientras
barbierizado barbierizado barbierizado
andaba por nuestra calle
tenía una maletita bajo el brazo
y seguía sintiéndose viudo
de la compañera de su vida
también los otros visitantes del funeral habían venido
el doble reparto de las lloronas
con el crespón de lencería sobre los labios de rosa
pero él pasó con un rostro en disolución
junto a mí y me saludó como alguien
que exactamente como tantas otras veces
vuelve a tomar sobre sí
la marejada del mundo
en su barquillo de soledad.

Ahora bien queridas hormigas ¿cómo os va?
¿gustáis de estar aquí en la florida tierra?
jamás descansáis pues lo que mejor os sienta es
pulular según el plan que os han soplado
rostros malva cabezas redondas ojos de muñeca
corte a la romana sobre bello tipo craneano rubio
yace con Lieder de Schubert escuchando sobre la rampa de felpa
mejillas color fresa
vuélvete por entero de modo tal
que pueda verse toda tu figura
volvéos vivid no basta una sonrisa
una mirada saliendo de atrás de las vidrieras
o el muelle contacto de dos ojos muy separados entre sí
sino que debéis dirigiros
a la danza a la tentación al entrelazamiento
iréis luego paso a paso
u os detendréis y permaneceréis inmóviles:
siempre llegará alguien que os ayude a salir
del paso
pero se necesita un tiempo largo para darse cuenta
de lo que hubiera debido acontecer y en verdad aconteció
entonces vuelve uno a pararse y contiene la respiración
o tararea una canción o
comienza a amar el jazz.

[H.P]


Tenemos ahora dientes de cabos de vela

Afuera el pino el abeto gris el pluvial pino de Flandes
y la charla en la glorieta de la hostería
con ese aroma a cerveza

de mañana hacia las alturas grises de nubes
se abre allí una ventana tan temprano
de par en par como el aire que fluye separándose
se extienden los brazos abriendo las ventanas

del otro lado del día la caída
de la gris congoja
estos crepúsculos grises como el polvo
desapareciendo con los trenes y las nieblas y volviendo a irrumpir:
debajo de sí Vineta ciudad de campanas.

Y luego la noche
negra y como con la mano hasta la muñeca en el agua
vamos tropezando hasta la puerta:
oh las muchas estrellas
y un negro mechón en el rostro
descalzos sobre la escalera crujiente.
Las falenas revoloteando:
espantadas golondrinas caseras como murciélagos y fuegos fatuos
y la horrible lengua de miel de las moscas muertas.

Ahora
en medio de la primavera en inmersión
después de muchos meses:
un bolso abierto
un viejo cigarrillo de la Rue des dames
un saquito de sosa
un trozo de pan endurecido
en la cama el molde de tu cuerpo.

[H.P]


Cincuenta y cuatro a cincuenta y siete

En un compartimiento del
real e imperial ferrocarril
austro-húngaro celebraban
una fiesta
pasaban junto a las refinerías de azúcar
se peinaban las rojas mejillas de felpa
se comportaban como una vez Hölderlin y quamquam el borracho
esperando
que ascendiera el coche comedor

pues en el coche comedor en la red prohibitiva
en la abrazadera entre Neulengbach y Himmelskrätz
querían volver a verse
era un lanoso día de julio
él llevaba pantalón de franela y una maletita
brindaron uno por el otro

mas los otros vieron que eran las seis
en la escuadrilla del sol de la tarde
los grifos de cobre y los grifos de cobre
caía un plumaje fumífero sobre la frente
en el compartimiento que daba a Viena Oeste Este
y llovía como Thomas Reuth
como la Alhambra en el cuento Scutum
como mañana de sol daga incandescente
ella se aparta deja el camino y dobla la esquina
hacia el pequeño Dorotheum

y se asalamandran en este rincón de sueño aterciopelado
y se encrespan quitándose las huellas de la era
las estrellas vespertinas de todos los soles vespertinos
como violas coronarias oro a oro
y goteo de miel de la boca de raso
y palacios de montaña aquí y en alto
una imagen de cisne vestida de lana
de este aquí y allí un beso
allí ascendí en tibieza de choza
y recogí nieve y lilas
y flecheaban del húmedo trampolín
el dios del agua con tricornio y perfume
el heliantemo y el tamboril
sobre los cuales verdes fardos de césped
rozados tan sólo con el zapato

en camino a casa
en el frío taxi rápido a casa
y muchas mañanas noche blanda como las nubes
y lágrimas manos con lisura de mejillas
y botellas con ductilidad cuellos de cigarrillos
y cordero pascual
y cobrar aliento y no saber si

[H.P]