Jean Valentine
Puerta en la montaña
Nunca corrí
tanto a través del valle,
nunca me comí tantas estrellas.
Iba cargando un ciervo muerto
atado a mi cuello y mis hombros
Con las patas del ciervo frente a mi
pesadas sobre mi pecho.
La gente no quiere
dejarme entrar.
Puerta en la montaña
déjame entrar.
Abejas
Un hombre con los brazos y hombros,
manos y rostro y orejas cubiertos de abejas
dice: nunca he sentido tanto dolor.
Viene otro con las manos repletas de abejas—
solo las abejas pueden echar otras abejas.
El primer hombre repite,
nunca conocí tanto dolor.
Las abejas del otro comienzan a extirpar
una por una las otras abejas amarillas.
Encarcelado
En la cárcel
sin ser acusado
sin llamar a tu familia
sin tener una familia
Tienes
consciencia
problemas cardíacos
asma
maníaco depresivo
(perdimos el bebé)
sin medicinas
nadie
sin ventana
agua negra
arañadas paredes
tu rostro puro lejano
apenado
tú
para quien fue la tierra.
Arcángel
Está oscuro
aquí dentro,
tu halo parece un plato pando.
Quizás aún estamos ahí.
¿Fue eso un relámpago?
Te pareces a un gato cuando duerme.
No estoy durmiendo. ¿Estás leyendo?
Estoy buscando este poema
sobre un gato. Espera un momento.
Sigue.
Puedes leer para mi todo lo que quieras.
Entonces fue un relámpago.
¿Eres tú?
¿Rodando sobre la yerba?
Me gustas cuando ríes.
¿Es este el lechoso amanecer?
Ángel.
¿En el libro?
Es la mañana. Mira.
¿A dónde llevan esa roca?
¿Dónde vas?
Fellini en el purgatorio
Paleaba
arena
al filo del agua,
y sus gruesos lentes negros
brillaban con la lluvia.
¿No ves como parezco mujer?
Palea, palea.
Su garganta rodeada por el agua
y el agua manando esperma.
Paleador, ¿estás consumiendo la tierra
o la tierra te devora?
Dime, qué debo tener
para vivir aquí.
Y él,
tan sereno como el sosiego,
como muerto:
“esperma, todos somos esperma”.
Abril
Supón por un
momento que estamos juntos
sobre el alambrado piso de un gasenwagon:
supón que estamos a oscuras.
El tiempo es cálido y seco.
Tenemos comida.
No estamos escondidos esperando algo.
Hemos crecido en la América blanca
y estamos sentados en nuestras habitaciones.
Ven, trae algunas cosas: leche, mantequilla de maní,
trae tus medicinas, tus lanas de tejer, tus crayolas.
Las monjas rezan.
Nieva. Está oscuro.
Oran por nuestros amigos muertos
El año que pasó y el anterior
y los que morirán este que viene.
Hablemos, entonces,
Como las abejas.
El grillo
En una
casita de madera que presté en enero,
sobre una raída alfombra vi un grillo
que dormía o estaba muriendo.
No respiraba del todo, eso vi.
Luego encontré una calavera y una rana de nieve,
escuchando.
De vuelta a la casa, el corazón del grillo se había detenido.
¿Quieres, le pregunté, que la nieve te cubra
o nos quedemos aquí junto a la chimenea?
Pero tu cuerpo está ahora hecho pedazos.
Ayúdame, entonces, a encontrar una hoja,
donde puedas descansar,
y otra, para que te cubra.
Jean Valentine [Chicago, 1934-2020] hizo una licenciatura en artes. Su primer libro ganó un premio de Yale para jóvenes poetas. La señora Valentine publicaría luego más de una docena de libros de poemas, ganando premios nacionales y fue finalista del Pulitzer. Sus líricos poemas tratan de vidas imaginarias donde se percibe tanto su vida como sus ideas políticas. AdrienneRich dijo que la poesía de “Valentine nos permitía capturar significados de la vida que nadie había percibido antes”. Quizás por ello tradujo a Osip Mandelstam. Residente en Nueva York, se desempeñó como Poeta del Estado entre 2008 a 2010. Enseñó en la Universidad de Columbia, NYU y la Calle 92 con Y. Murió el 29 de diciembre del 2020. Versiones de Harold Alvarado Tenorio.
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